En cada proceso electoral en Puebla salen de su escondite las y los políticos caza candidaturas, a los que nadie vio hacer nada por la ciudadanía durante tres años, pero que buscan un cargo público con el partido político que mejor les acomode con la promesa de, ahora si, ponerse a trabajar.
Por @HectorBLN
Con esta descripción seguramente le vienen a la cabeza varios nombres, así que veamos algunos:
Violeta Lagunes Viveros se registró este viernes como aspirante a la precandidatura del PAN para la alcaldía de Puebla, a pesar de que hasta hace poco operaba para Morena.
Aunque fue diputada federal del PAN en tiempos del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, en 2018 se desmarcó del blanquiazul para acercarse a Morena en su intento de competir precisamente por la alcaldía capitalina.
Como no lo logró y el candidato a la gubernatura fue Luis Miguel Barbosa Huerta, lo apoyó con la esperanza de sacar algún beneficio, pero al no obtenerlo, en 2019 se alió con el senador Alejandro Armenta Mier para que este fuera el candidato a gobernador en la elección extraordinaria tras la muerte de la exgobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo, pero tampoco tuvo éxito y estuvo exiliada de la política durante la gestión barbosista.
Caso similar es el de Paola Migoya Velázquez, quien fue candidata del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) a la presidencia municipal de Puebla en 2018, tras no obtener la postulación por Morena.
Luego de no tener éxito en los comicios, se volvió una crítica radical del presidente Andrés Manuel López Obrador y Barbosa Huerta, así que fue parte de la organización “Si x México” y organizó las protestas en defensa del INE y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Sin embargo, a mediados de este año se transformó en simpatizante de Armenta Mier y emprendió una campaña de apoyo para que fuera el candidato de Morena a la gubernatura del estado, lo cual finalmente consiguió el senador luego de intentarlo sin éxito en 2018 y en 2019.
José Juan Espinosa fue alcalde de San Pedro Cholula por Movimiento Ciudadano (MC) de 2014 a 2018, pero antes de concluir su gestión se adhirió a Morena en busca de una diputación local, que sí obtuvo y ejerció hasta 2021.
Su carácter y polémica forma de hacer política, lo llevó a confrontarse públicamente con Barbosa Huerta, quien supuestamente intentó encarcelarlo como venganza, así que dejó el Congreso local sin concluir su periodo y estuvo dos años fuera de Puebla y de la escena política.
Tras la muerte del exmandatario Espinosa Torres regresó a Puebla y hace unas semanas anunció su intención de buscar una candidatura, con Morena o con algún otro partido que le abra las puertas.
El exdiputado local Leobardo Soto Martínez se ha impuesto varios años como dirigente estatal de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), cargo que ha utilizado para obtener candidaturas en PRI para sí mismo y su familia.
Con el auge de Morena, en 2019 volcó su apoyo hacia Barbosa Huerta cuando ya era previsible que ganaría la gubernatura. Tras la muerte del exmandatario, este año apoyó al primo, Julio Huerta Gómez, en su búsqueda de la candidatura morenista a la gubernatura, que al final recayó en Armenta Mier, a quien ahora busca apoyar Soto Martínez.
Graciela Palomares Ramírez fue diputada federal del PRI de 2015 a 2018, pero al no obtener una candidatura cuando concluyó su gestión, renunció al tricolor y se mantuvo al margen de la policía un tiempo, hasta que en 2021 se sumó a MC y obtuvo un cargo en la dirigencia nacional.
Para el proceso electoral de 2024, se registró como aspirante a la candidatura para la gubernatura, que disputa con el dirigente estatal del partido, el diputado local Fernando Morales Martínez, otro personaje que en cada elección hace lo posible por garantizar su continuidad en la administración publica.
Sin duda faltan varios personajes más, por lo que serán materia de una próxima entrega.