Apenas inaugurada por el gobernador Sergio Salomón, la nueva central de autobuses CAPU Sur ya se perfila como el nuevo escenario de disputas por el control territorial entre mafias de taxistas y ambulantes. La terminal, diseñada para facilitar el transporte a ocho estados y varios municipios, prometía ser una solución de movilidad para los habitantes del sur de la ciudad. Sin embargo, la realidad es que traerá consigo nuevas preocupaciones a los vecinos de la zona por las inminentes peleas entre mafias que buscan agandallar la zona.
Solo un día después de su apertura, la periferia de la CAPU Sur ya muestra signos de conflicto. Taxis “piratas” han comenzado a operar en los alrededores, puestos callejeros se instalan sin control y vecinos han cerrado calles en protesta por la logística de la nueva central. El caos es palpable y la batalla apenas empieza.
La historia de los conflictos entre agrupaciones transportistas, no es nueva. Erika Díaz, quien heredó el control del consejo taxista de su difunto padre, se enfrenta ahora a su antiguo aliado y ahora enemigo, Leobardo Soto, líder de la CTM. Según presume Soto, con el respaldo de las autoridades, ha montado sus propios sitios de taxis para competir directamente con Díaz. Este enfrentamiento promete convertir la CAPU Sur en un terreno minado.
El 60% de los usuarios prefieren servicios de transporte ejecutivo como Didi y Uber, pero estos están en la línea de fuego. Las mafias de taxis de sitio, con apoyo oficial, buscan desplazar a estos competidores, replicando situaciones vistas en otras centrales y aeropuertos del país donde no pueden entrar a recoger pasaje, orillando a los usuarios a hacer uso única y exclusivamente de la central taxista autorizada.
Pese a que el acuerdo entre Sergio Salomón y Alejandro Armenta, es resolver todos los conflictos de la entidad antes de que termine el actual gobierno, parece que en el cuartel de AA no han calculado el impacto social que heredarán de estas mega obras donde irremediablemente habrá disputas entre mafias y crimen.
La CAPU Sur es solo el inicio. Con el próximo mega proyecto de movilidad, la línea 4 del RUTA, se espera una ola similar de conflictos por el control de estos nuevos puntos comerciales.