Jorge Romero, líder entrante del PAN, declaró que estaría dispuesto a dialogar con el senador Miguel Ángel Yunes Márquez y su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, pero condicionó cualquier reconciliación a que ambos se alineen con las decisiones mayoritarias del partido.
La controversia inició cuando Yunes Márquez votó a favor de la Reforma Judicial propuesta por Morena, un acto considerado traición dentro del PAN. La Comisión de Orden del partido justificó su decisión de expulsarlos como una medida para preservar la unidad e integridad del instituto político.
Romero, quien asumirá formalmente el liderazgo del PAN el próximo lunes, sostuvo en entrevista que el diálogo solo es viable si los Yunes demuestran lealtad política. “Nunca evitaré un diálogo, pero deben votar como lo hace el PAN. Si no, no tiene sentido,” afirmó.
En paralelo, Adán Augusto López, coordinador de Morena en el Senado, anunció que Miguel Ángel Yunes Márquez ya forma parte del grupo parlamentario morenista. “Tiene una invitación permanente para participar en nuestros trabajos,” señaló López tras una reunión en Palacio Nacional.
En respuesta, Yunes Linares aseguró que luchará contra la resolución del PAN y expresó su confianza en que Jorge Romero abra un canal de diálogo. Sin embargo, dejó claro que continuará votando según su criterio, independientemente de las líneas partidistas.
En Veracruz, la situación se ha intensificado con una campaña de desprestigio que tilda a los Yunes de “traidores”. Espectaculares instalados en puntos clave del estado los califican de “corruptos” y “rateros”, evidenciando el impacto político que ha tenido su postura.
Romero, firme en su postura, subrayó que el PAN no necesita militantes a medias tintas, sino integrantes totalmente comprometidos con los valores del partido. La decisión final de los Yunes podría redefinir no solo su futuro político, sino también el equilibrio de poder dentro del PAN y el Senado.
