El Gobierno del Estado de Puebla, a través de la Secretaría de Cultura, anunció con bombo y platillo la llegada de la aclamada bailarina Elisa Carrillo para el primer Curso de Verano de Ballet 2024 de la compañía M_ART, que se llevaría a cabo del 29 de julio al 4 de agosto de 2024. Un evento que, en teoría, prometía acercar el arte y la cultura a la ciudadanía poblana, pero cuya realidad fue un poco diferente a la propaganda oficial.
El curso duró tan solo una semana, y no incluyó las entradas a la presentación de gala “Elisa y Amigos” con bailarines internacionales de Alemania, Italia, Holanda, México y Kazajistán: Las actividades culturales con Elisa fueron promovidas intensamente con publicidad en autobuses, vallas, espectaculares, spots de radio y una intensa campaña digital. Sin embargo, este despliegue no logró ocultar el hecho de que el curso tuvo un costo de inscripción de 17,000 pesos mexicanos. Sí, así como lo leen, 17 mil pesos, lo que equivale a más de dos meses de salario mínimo en México.
Aunque la administración de Sergio Salomón se vanaglorió en su conferencia mañanera de esta “gran iniciativa para acercar las artes y la cultura a los poblanos”, lo cierto es que el evento estuvo dirigido a un sector privilegiado. Mientras el aumento al salario mínimo apenas alcanza los 7,468 pesos mensuales, la inscripción a este curso requería un depósito no reembolsable de 3,500 pesos. Un precio que dejó fuera a la mayoría de las familias poblanas, quienes, a pesar de sus esfuerzos, no pudieron permitirse semejante gasto para que sus hijos participaran en actividades culturales.
Para las niñas que sueñan con ser bailarinas y los jóvenes talentos que desean desarrollar sus habilidades, este curso no fue más que un sueño lejano. Aunque algunos participantes fueron becados por Elisa Carrillo, la mayoría de los aspirantes simplemente no pudieron costear este lujo. En lugar de promover la cultura, este evento pareció promover la exclusividad y el elitismo.
