Querétaro, Qro. — La noche del sábado, un violento ataque dejó una estela de muerte y horror en el centro de la capital queretana. Sicarios fuertemente armados irrumpieron en el bar “Los Cantaritos”, ubicado en la calle Circunvalación, en la zona de Jardines de Querétaro, y abrieron fuego contra los clientes. El saldo fue trágico: 10 personas fallecidas (siete hombres y tres mujeres) y siete heridos, lo que marca este evento como una de las masacres más graves en la ciudad en tiempos recientes.
De acuerdo con imágenes captadas por cámaras de seguridad, una camioneta llegó al lugar y de ella descendieron varios individuos armados que ingresaron al establecimiento, abriendo fuego indiscriminadamente. Las imágenes, que han circulado en redes sociales, muestran momentos de angustia: personas intentando huir y gritos de pánico.
El Secretario de Seguridad Pública de Querétaro, Juan Luis Ferrusca, confirmó los hechos, señalando que uno de los presuntos atacantes fue detenido. Además, se reportó que la camioneta utilizada en el ataque fue encontrada incendiada y abandonada en la comunidad de Saldarriaga, en el municipio de El Marqués.
Este ataque ocurre en un contexto de creciente violencia en la capital queretana. Apenas días antes, otro tiroteo en un restaurante de la zona sur dejó tres muertos y tres heridos. En respuesta a estos hechos, el presidente municipal Felipe Fernando Macías Olvera destacó en redes sociales la detención de cuatro presuntos sicarios en una publicación que circuló ampliamente en redes, en la que destacó la seguridad en Querétaro.
Cabe señalar que en los últimos meses, el gobierno estatal, liderado por el gobernador Mauricio Kuri González, ha optado por manejar la seguridad local sin la colaboración de fuerzas federales, como la Guardia Nacional y la SEDENA, una decisión que ha generado críticas en sectores de la sociedad. En sus recientes publicaciones, tanto el gobernador como el presidente municipal anunciaron que las investigaciones se desarrollarán únicamente con la policía estatal y municipal, sin apoyo federal, en una medida que ha levantado cuestionamientos sobre la capacidad de las fuerzas locales para afrontar esta creciente ola de violencia.
La serie de ataques en Querétaro suscita dudas y genera preocupación entre los ciudadanos, quienes temen que el aumento de la violencia en la región sea indicativo de una mayor presencia del crimen organizado en el estado.