Sorprende designación de Mario Delgado como Secretario de Educación

Por: Adriana Colchado

@tamalito_rosa

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La presidenta electa Claudia Sheinbaum ha designado a Mario Delgado, actual dirigente nacional de Morena, como el nuevo Secretario de Educación en su próximo gabinete. Esta designación causó un tanto de sorpresa, ya que en muchas quinielas sobre el asunto, la mayoría colocaba a Delgado como el próximo Secretario de Gobernación.

En realidad, Mario Delgado ha sido ubicado en un lugar donde no estorba, pero se cumplen con los compromisos adquiridos. La Secretaría de Educación no es un arca menor, pero sí una de las más saqueadas y en decadencia. Tampoco es una silla que incida demasiado en la gobernabilidad del poder, pero sí un puesto donde su padrino podrá cobrar los favores y respaldo adquiridos.

La operación de Mario Delgado como líder del partido fue crucial para que Claudia Sheinbaum obtuviera la candidatura presidencial, pese a las afirmaciones de que Marcelo Ebrard fue quien realmente ganó la encuesta interna de Morena. A pesar de contar con el apoyo del presidente, Sheinbaum no debía ser la candidata y ahí la operación de Delgado jugó un papel fundamental.

Y aunque el trato sea fraterno y cordial a la vista pública, a Sheinbaum no le complace entregar sus preciadas secretarías a gente que no es de su entera confianza.

Mario Delgado no es un improvisado en el ámbito político. Durante la gestión de Marcelo Ebrard como jefe de gobierno del Distrito Federal (2006-2012), Delgado se desempeñó como Secretario de Finanzas (2006-2010) y de Educación (2010-2012). Además, ha sido Senador de la República y diputado federal. Su experiencia y preparación en cargos públicos le otorgan un perfil adecuado para el nuevo reto que enfrenta.

Sin embargo, históricamente, la Secretaría de Educación ha servido como un medio para pagar cuotas y compadrazgos, funcionando como una caja chica y grande, no solo a nivel federal, sino también en el resto del país.