La reelección de Alito será la eutanasia del PRI

Por: Adriana Colchado

@tamalito_rosa

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A mano alzada, los priistas votan por su extinción

Durante la 24ª Asamblea del PRI a nivel nacional, se aprobó una reforma al artículo 178 de sus estatutos, permitiendo la reelección de la dirigencia nacional hasta en tres periodos consecutivos de cuatro años. Esto significa que el actual dirigente, Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, podría perpetuarse en el poder hasta 2032. La votación, realizada a puerta cerrada y a mano alzada, contó solo con el círculo íntimo de Alito.

El evento, realizado en el Pepsi Center, se llevó a cabo en un ambiente de aparente unidad dentro del recinto, mientras que afuera, militantes furiosos rompían vidrios intentando impedir la votación. La crisis en el PRI es evidente; los pocos líderes de peso que quedan en el partido rechazaron vehementemente las intenciones de Alito de mantenerse en el poder. Sin embargo, la asamblea se celebró, trazando así el destino del PRI.

Los seguidores de Alejandro Moreno parecen ignorar, o tal vez comprender demasiado bien, que la decadencia del PRI se acentuará. En los recientes comicios, el PRI apenas obtuvo algo más de 5.4 millones de votos, menos del 10% de participación, traduciéndose en aproximadamente 34 diputados de un total de 500, y 17 senadores, posicionándose como la quinta y tercera fuerza en esas cámaras, respectivamente. Aun así, Alito mantiene bajo su mando a la mayoría de los liderazgos del partido.

La reforma también otorga a la cúpula del partido un mayor control sobre los legisladores federales y estatales que militen en el PRI, eliminando la autonomía y creando una simulada oposición de incondicionales y esquiroles. Además de la reelección de Moreno, la iniciativa permite la reelección de la secretaría general, actualmente ocupada por Carolina Viggiano, hasta por tres periodos consecutivos.

Las voces de oposición no se hicieron esperar. El senador electo Manlio Fabio Beltrones, quien en otro tiempo apoyó a Alito, no asistió a la Asamblea, manifestando su desacuerdo con la reelección y recordando que “la No Reelección fue acogida como principio de esencia en la Constitución federal, y ha sido la génesis que le ha dado vida y consolidación al PRI”. Figuras de peso como Beatriz Paredes, Dulce María Sauri y Roberto Madrazo también se ausentaron.

Mientras Alito pronunciaba su discurso, una oposición enardecida protestaba a las afueras del Pepsi Center. El dirigente respondió: “Todo el que quiso hablar en el partido, acudió a las Asambleas Municipales, Estatales y la Nacional. ¡Quien no es del partido, quien no lo ama, no lo puede defender!”

La prensa nacional y los analistas más críticos coinciden: es el fin del PRI. Alito prepara la eutanasia del partido al perpetuarse en el poder y despreciar a la militancia restante. En un contexto donde Morena domina el panorama político, antes controlado por el PRI durante casi siete décadas, Alito parece haber adoptado la estrategia de “unirse al enemigo” en lugar de enfrentarlo, demostrada por el apoyo constante del PRI a Morena a lo largo del sexenio.

Hoy, al ser cuestionado sobre estos cambios en los estatutos del PRI, el presidente Andrés Manuel López Obrador evadió la pregunta y concluyó su conferencia mañanera con un “vamos a desayunar”.