“La escuelita del terror”: Joven narra su experiencia en el crematorio clandestino de Teuchitlán, Jalisco
Teuchitlán, Jalisco, a 10 de marzo de 2025.– En una escalofriante revelación, un joven que logró sobrevivir al infierno del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha contado su estremecedora experiencia dentro del Rancho Izaguirre, un lugar que se conocía entre los reclutados como “la escuelita del terror”. Este rancho, ubicado en el municipio de Teuchitlán, Jalisco, fue identificado recientemente como un crematorio clandestino, donde los cuerpos de cientos de personas eran incinerados tras ser privados de su libertad. La denuncia de este hallazgo fue realizada por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, quienes, al escarbar en el terreno, encontraron restos humanos, prendas de vestir, cartas y otros objetos personales, que evidencian el funcionamiento de este macabro centro.
La lideresa del colectivo, Indira Navarro, compartió a través de Radio Fórmula el impactante testimonio de un joven que logró escapar del lugar, un sobreviviente de lo que él mismo llamó “el mismo infierno”. Según lo que relató Navarro, el joven mencionó que en el rancho, un total de 200 personas fueron reclutadas para pasar por un adiestramiento sumamente violento y deshumanizado. “Los hacían pelear entre ellos para demostrar su fuerza, y aquellos que no aguantaban el entrenamiento o se quejaban, simplemente morían. Los mataban o caían de agotamiento, y nosotros teníamos que hacer fosas para quemarlos”, explicó Navarro, mientras relataba las terribles condiciones de vida que soportaban los jóvenes.
Un “adiestramiento” de tres fases
De acuerdo con el sobreviviente, el Rancho Izaguirre funcionaba como la primera fase de un proceso de adiestramiento brutal al que eran sometidos los jóvenes reclutados por el CJNG. Muchos de los jóvenes eran contratados con un salario, pero con los descuentos de comida y otros gastos, lo que los dejaba en condiciones de extrema vulnerabilidad. En esta etapa inicial, además de ser sometidos a un entrenamiento físico y mental, los reclutados debían enfrentarse entre sí para demostrar quién era el más fuerte. Quienes no sobrevivían a estos ejercicios o caían en combate eran sacrificados en el mismo rancho.
“Algunos no aguantaban, y caían. Nos tocaba hacer los agujeros, las fosas. Les echábamos gasolina, lo que podíamos, para que prendiera. Después se tapaba todo y no quedaba rastro”, relató la lideresa, quien compartió con el medio el estremecedor testimonio.
De “escuelita” a guerrilla
El testimonio que proporcionó Navarro también reveló cómo, una vez que los jóvenes lograban pasar la primera fase del entrenamiento en el rancho, eran enviados a las zonas de mayor conflicto del país, como Zacatecas y Michoacán, donde el CJNG sostiene constantes enfrentamientos con otros cárteles por el control del territorio. Para este segundo nivel, los jóvenes ya eran considerados sicarios, enviados a realizar misiones de alto riesgo con armas de fuego y enfrentamientos directos en el campo de batalla.
En la última fase del proceso de adiestramiento, los reclutados más fuertes y con mayor capacidad de supervivencia recibían la instrucción de ex militares colombianos y “kaibiles” – soldados del Ejército de Guatemala especializados en tácticas de combate cuerpo a cuerpo. Esta etapa, según Navarro, era la más brutal y la que determinaba si los jóvenes se convertían en miembros activos del CJNG o si quedaban fuera del círculo.
“Si la librabas en la ‘escuelita’, te mandaban a guerrillas reales, como sicario. Pero si llegabas a pasar las pruebas y sobrevivías, ya habías graduado”, relató la activista.
Un lugar lleno de horror y muerte
El testimonio, que ha generado una ola de conmoción y repudio, también reveló detalles sobre las atrocidades que se cometían en el rancho. El joven relató que muchos de los reclutados no eran únicamente entrenados para ser sicarios, sino también para cumplir las órdenes más inhumanas dentro del cartel. La existencia de las fosas clandestinas, donde se quemaban los cuerpos de aquellos que no sobrevivían al proceso, es una muestra más del grado de violencia y control que ejerce el CJNG sobre sus miembros, tratando a los seres humanos como meros objetos desechables.
El Rancho Izaguirre ya llevaba más de tres años operando cuando fue descubierto, lo que hace que este caso sea aún más alarmante. El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, quienes fueron los primeros en alertar sobre el lugar, continúan su labor de búsqueda y denuncia. Según la información revelada, las autoridades federales están en comunicación con el gobierno estatal de Jalisco para determinar si la investigación puede ser atraída a nivel federal, dada la magnitud y la gravedad del hallazgo.
La conexión con el CJNG y la operación del cártel
El Rancho Izaguirre, además de ser un centro de entrenamiento y crematorio clandestino, también operaba como un lugar de lavado de dinero y un refugio para los miembros del CJNG. La conexión con el cártel es clara, ya que en las fases finales de su “entrenamiento”, los jóvenes eran enviados a zonas conflictivas para involucrarse directamente en los enfrentamientos y fortalecer la presencia del CJNG en los territorios de México.
Las autoridades ahora enfrentan el reto de desmantelar las redes que operan en estos terrenos, mientras que el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco continúa su lucha por visibilizar las atrocidades cometidas en nombre del crimen organizado, al tiempo que piden justicia por las víctimas de este macabro lugar
Fuente: INFOBAE