Los oscuros tentáculos de la violencia electoral han alcanzado la Ciudad de México, con un atentado que ha sacudido la tranquilidad en la alcaldía Cuauhtémoc. Alessandra Rojo de la Vega, aspirante bajo la coalición “Va por la CDMX“, fue blanco de un ataque directo cuando salía de una reunión en la colonia Peralvillo.
El incidente, en el que un individuo disparó al menos seis veces contra su camioneta, descarta cualquier posibilidad de un simple intento de robo. La brutalidad del acto y la ausencia de advertencia previa sugieren un claro intento de causar daño, incluso con intenciones letales.
La propia De la Vega no dudó en contextualizar el ataque como un intento de silenciarla o despojarla de su participación en las elecciones. Su valiente declaración resalta la gravedad del suceso y la amenaza que representa para la integridad de los candidatos y el proceso electoral en sí mismo.
Este lamentable episodio no es un caso aislado. Se suma a una lista cada vez más larga de actos violentos que han empañado el proceso electoral en México, cobrando la vida de al menos 34 personas vinculadas a la contienda.
La urgencia de la situación ha llevado a líderes políticos a exigir medidas inmediatas. El diputado Rubén Moreira, el coordinador de campaña Santiago Creel, y el líder del PRD, Jesús Zambrano, instan al INE y a las autoridades pertinentes a tomar acciones contundentes para garantizar la seguridad y la legitimidad del proceso electoral.
El reciente Mapa de Riesgos presentado por PRI, PAN y PRD revela una preocupante realidad: más de 5,500 secciones electorales en la Ciudad de México están en riesgo, con más de la mitad de estas con un índice alto de vulnerabilidad. Este sombrío panorama subraya la necesidad de una intervención inmediata y efectiva.
En respuesta a esta creciente amenaza, la Fiscalía de la Ciudad de México ha iniciado una investigación por homicidio en grado de tentativa. Para el fiscal Ulises Lara, el caso representa un desafío crucial no solo para la seguridad de De la Vega, sino para la integridad del proceso electoral en su totalidad.
Mientras tanto, en las vísperas de las elecciones de 2024, el Instituto Nacional Electoral, la Universidad Iberoamericana y el laboratorio social Movilizatorio han lanzado una campaña de concienciación contra la desinformación. Este proyecto busca no solo desacreditar mitos y rumores, sino también dotar a los ciudadanos de herramientas para discernir la calidad de la información y verificar su veracidad.
En un momento en que la democracia está bajo asedio por la violencia y la desinformación, es imperativo que tanto las autoridades como la sociedad civil se unan para proteger los cimientos de nuestro sistema electoral y garantizar que la voz del pueblo se escuche sin temor ni interferencias.
Vía Eme Equis