Lupita Cuautle Torres, presidenta municipal de San Andrés Cholula, ha ratificado a Luis Flores Fierros como titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPPC), pese a las acusaciones que han empañado su trayectoria. A lo largo de su carrera, Flores Fierros ha estado vinculado a diversos casos de corrupción, extorsión y acoso sexual, hechos que han sido documentados por medios como el Semanario Zeta de Tijuana.
Uno de los momentos más controversiales en su carrera ocurrió el 17 de julio de 2023, cuando un testigo colaborador de la Fiscalía General de la República lo implicó en el Caso Ayotzinapa, sugiriendo que Flores Fierros habría estado involucrado en la desaparición de los 43 estudiantes normalistas en 2014. Este testimonio reavivó las dudas sobre su integridad y sobre el rol que pudo haber jugado durante su tiempo como Comisario de la Policía Federal.
Otra mancha en su historial se dio en 2018, cuando una agente de la Policía Federal, María de los Ángeles, lo denunció públicamente por acoso físico y sexual. Según la denunciante, Flores Fierros la agredió mientras ambos trabajaban en la corporación. A pesar de la gravedad de estas acusaciones, el caso no pareció avanzar de manera significativa en términos legales, y Flores Fierros continuó ascendiendo en su carrera dentro de las fuerzas de seguridad.
Por otro lado, el Semanario Zeta documentó que Flores Fierros estuvo implicado en el robo de droga y dinero a grupos antagónicos de la delincuencia organizada, además de participar en extorsiones y privaciones ilegales de la libertad. Se le acusa de detener a individuos relacionados con el crimen organizado y exigir grandes sumas de dinero o cargamentos de droga a cambio de liberarlos. Estas prácticas, que recuerdan al modus operandi de Genaro García Luna, lo han ligado al exsecretario de Seguridad Pública, quien actualmente enfrenta juicios por corrupción en Estados Unidos.
El nombramiento de Luis Flores Fierros al frente de la SSPPC genera inquietud entre los ciudadanos de San Andrés Cholula, quienes ven con preocupación que una persona con tales antecedentes esté a cargo de la seguridad del municipio. Aunque algunos consideran que su experiencia podría ser útil en la lucha contra el crimen, otros cuestionan la ética de su gestión, considerando las graves acusaciones que han manchado su carrera.
La decisión de mantenerlo en el cargo parece obedecer a la necesidad de continuidad en la administración municipal, pero también plantea dudas sobre los criterios con los que se eligen a los altos mandos de seguridad. En un momento en que el país busca limpiar la imagen de sus cuerpos policiales, el caso de Luis Flores Fierros resalta como un ejemplo de la complejidad y las contradicciones que persisten en la estructura de seguridad en México.
