Recordemos que tras el suceso que ocurrió esta semana, donde la candidata a la alcaldía de Quecholac, Guadalupe Martínez, del partido local Pacto Social de Integración (PSI), fue criticada tras ser vista realizando campaña en un Lamborghini valorado en más de 4 millones de pesos.
Martínez, hija de Antonio Valente Martínez Fuentes, alias “El Toñín”, se defendió en un live en Facebook negando vínculos con grupos criminales. El incidente ha generado controversia en un municipio marcado por la pobreza y la violencia, poniendo en entredicho los valores de austeridad y honestidad.
A todo esto, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Puebla ha marcado un rompimiento con el Partido Social Independiente (PSI) al deslindarse de la candidatura de Guadalupe Martínez, hija de Antonio Martínez Fuentes, conocido como “El Toñín“, presunto líder huachicolero en el Triángulo Rojo. Néstor Camarillo, candidato al Senado por el PRI, prefirió distanciarse del partido al ser cuestionado sobre los excesos de Martínez, quien se pasea en un lujoso Lamborghini en su campaña por Quecholac.
Aunque el PRI y el PSI forman parte de la alianza Mejor Rumbo para Puebla, el exdirigente del tricolor justificó que se debatieron las posiciones en los municipios de forma separada en la selección de perfiles del Comité Directivo Estatal y Nacional. Pablo Ángulo Briseño, diputado federal, criticó la frivolidad de Martínez, subrayando la importancia de mantener la congruencia en la política, especialmente en un estado donde abundan las carencias.
La situación se agravó cuando Antonio Valente Martínez Fuentes exhibió en redes sociales una lujosa camioneta Lamborghini Urus que utiliza para llevar a su hija a los eventos de campaña. Este hecho, sumado a una investigación en curso por la Fiscalía General del Estado de Puebla, ha generado una atención nacional. A pesar de las acusaciones, Guadalupe Martínez ha defendido su participación en la campaña y ha denunciado una supuesta persecución política.
