Gestión de Museos de Anel Nochebuena está bajo la lupa

Por: adminMovId

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Se filtran detalles de un posible esquema financiero poco claro que, al parecer, ha florecido en la gestión de Anel Nochebuena al frente de Museos Puebla. Se habla de una serie de exposiciones y eventos que, a pesar de contar con apoyo gubernamental, habrían implicado taquillas independientes y cifras millonarias, con ingresos cuyo destino final queda en duda.

Uno de los casos más discutidos es el de la exposición Tesoros del Nilo en el Museo San Pedro de Arte, donde se habrían cobrado $70 por acceso general y otros $150 adicionales por una experiencia de realidad virtual. Esta sería una más de las tantas exposiciones “de cartón” que, en palabras de algunos, parecen justificar presupuestos inflados con resultados cuestionables. Algo similar ocurrió en la época de Nochebuena en el IMAC, cuando se realizaron eventos de gran envergadura como la exposición de Tutankamón, organizada por empresarios italianos de apellidos Cantini y Salvadori, cuyas conexiones siguen vigentes.

Asimismo, se dice que, en otras exposiciones, como Somos Guardianes de César Menchaca, la directora habría optado por intermediarios para el manejo de las taquillas, con supuestas comisione. La empresa Siete Media Diseño y Tecnología habría sido contratada para llevar a cabo estos acuerdos, lo cual deja abierta la pregunta sobre la necesidad de involucrar a terceros en gestiones que, en teoría, podrían ser asumidas por el personal del OPD de Museos Puebla.

Lo que más llama la atención, según expertos del sector, es la contratación de empresas externas para tareas que parecen duplicar funciones ya asignadas al personal de la institución. Se menciona que más de 170 empleados siguen contratados, a pesar de que las exposiciones son gestionadas por terceros. Se podría suponer que estas empresas no harían más que cobrar, mientras que el trabajo operativo recae en los empleados del OPD, un arreglo que podría estar beneficiando a ciertos directivos con jugosos márgenes de ganancia.

Las críticas no solo se dirigen a la gestión operativa de exposiciones, sino también a la adquisición de infraestructura. Un nuevo sistema de taquillas, por ejemplo, que fue instalado en varios museos, estaría generando comentarios negativos debido a su simplicidad. Se trataría, en palabras de testigos cercanos, de simples cajas registradoras que no ameritaban una inversión millonaria. Sin embargo, quienes conocen el entramado sospechan que una parte de estos pagos pudo haber sido redirigida a figuras clave dentro de la administración cultural.

Este tipo de prácticas, de confirmarse, podrían estar hablando de un esquema de corrupción institucionalizado que recuerda viejas gestiones de personajes ligados al morenovallismo. Todo esto sucede en un contexto político cada vez más agitado en Puebla, donde los relevos en cargos públicos podrían modificar la estructura de poder en el sector cultural, aunque eso todavía está por verse, pues la Secretaría de Arte y Cultura es una de las únicas dos que siguen sin ser asignadas en el gabinete de Alejandro Armenta.