Trump está a un paso de La Casa Blanca y México a dos pasos de una relación bilateral polarizada y radicalizada
Tras insistir ferozmente durante semanas en que mantendría su candidatura a la presidencia por el Partido Demócrata, Joe Biden ha cedido ante la presión y ha renunciado a postularse para las elecciones del 5 de noviembre. Este giro abre un complicado proceso de selección en el bloque demócrata, donde Kamala Harris, la actual vicepresidenta, lidera la lista de contendientes. Sin embargo, este escenario coloca a Donald Trump a un paso de regresar a la Casa Blanca, lo cual tendría profundas implicaciones para México.
Harris enfrenta desafíos importantes. Su índice de aprobación es casi tan bajo como el de Biden, y su desempeño como vicepresidenta ha sido mixto. La crisis migratoria en la frontera con México y su primera candidatura presidencial en 2020, que terminó en fracaso, son puntos en su contra. A pesar de estos riesgos, los demócratas ven en Harris una opción viable ante la amenaza de un retorno de Trump.
El regreso de Trump al poder podría representar una política bilateral aún más polarizada y radicalizada. La política interna de Estados Unidos es determinante para la relación con México, especialmente en temas de migración y tráfico de drogas, en particular el fentanilo, cuyo consumo provocó la muerte de 70 mil estadounidenses en 2023.
México necesita fortalecer su cancillería, embajada y red consular para atender a los migrantes y tener una estrategia clara ante posibles deportaciones. Además, la violencia relacionada con los cárteles en México, que ha registrado cifras récord de muertes durante este sexenio, es un tema neurálgico en la relación bilateral.
El tratado T-MEC tendrá su revisión en 2026, y el regreso de Trump podría dificultar la inclusión de temas críticos como el cambio climático y la transición energética. Ante este panorama, México debe prepararse para enfrentar una posible administración Trump con políticas más sensibles y proactivas.
