La caída del régimen de Bashar al Assad en Siria marca un capítulo crucial en el panorama geopolítico de Medio Oriente, y podría representar el peor año para Irán en las últimas tres décadas. Durante años, Irán ha sido un aliado cercano de al Assad, proporcionando apoyo militar, económico y político. Sin embargo, la situación en Siria ha dado un giro dramático, lo que ha forzado a Irán a replantearse su estrategia y hasta a dialogar con los grupos rebeldes que han desestabilizado al gobierno sirio.
El año 2023 ha sido especialmente desafiante para Teherán, cuyas milicias aliadas en Gaza y Líbano, como Hamás y Hezbolá, han sufrido fuertes reveses en su lucha contra Israel. Además, las tensiones internas en Irán se han intensificado, con protestas que desafían al régimen y un panorama económico deteriorado. La pérdida de Siria, un eslabón clave en el llamado “eje de la resistencia” de Irán, es un golpe estratégico para el país, que ha utilizado el territorio sirio para canalizar su apoyo a Hezbolá y fortalecer su influencia en el mundo árabe.
El líder de uno de los grupos insurgentes, Abu Mohammed Al Jolani, expresó su rechazo al papel de Irán en la región, criticando su influencia sectaria y la corrupción que ha sembrado. Mientras tanto, analistas como Roxane Farmanfarmaian de la Universidad de Cambridge señalan que la caída de al Assad refleja la creciente incapacidad de Irán para defender sus intereses en la región. Los cambios recientes dejan a Irán con pocas opciones: fortalecer su disuasión nuclear o, quizás, abrirse a nuevas negociaciones diplomáticas.
Este colapso en Siria también pone en evidencia las dificultades de Irán para mantener su influencia, que anteriormente logró con apoyo militar directo y una diplomacia activa. Ahora, ante el colapso de su aliado sirio, Irán enfrenta una reconfiguración compleja en un escenario que podría debilitar aún más su presencia en Medio Oriente.
A medida que la situación se desarrolla, el futuro de Irán dependerá en gran medida de su capacidad para adaptarse a estos nuevos desafíos, incluyendo la posibilidad de reorientar su enfoque hacia negociaciones diplomáticas con sus vecinos o las potencias occidentales.
Vía BBC News