La “corcholata” que corre contra el tiempo

Por: Admin

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El secretario de Gobernación tiene solamente dos meses para dejar atrás a Ebrard y alcanzar y rebasar a la Jefa de Gobierno Sheinbaum.

 

EN UNA ENTREGA de principios de año, le informamos aquí que Andrés Manuel López Obrador había dado el banderazo de salida a su amigo y paisano, Adán Augusto López.

Tras una reunión en Palacio Nacional con los tres precandidatos de Morena, el Presidente les informó los tiempos para elegir candidato, que entonces se extendía hasta noviembre. “Tienes de aquí a octubre para crecer y que te conozcan”, le dijo.

Desde entonces el secretario de Gobernación inició una frenética carrera contra el tiempo que al parecer le ha redituado tanto que en el cuarto de guerra de Claudia Sheinbaum ya prendieron focos de alerta.

En esta época de precampañas cada “corcholata” juega con sus encuestas; la Jefa de Gobierno lidera casi todas, pero la consigna también ha sido la de hacer de Adán Augusto un candidato inexistente.

Tanto les preocupa el crecimiento del “Plan B” de López Obrador, que Heurística, su agencia de marketing político, se ha dedicado a sembrar la narrativa de que ésta es una pelea de dos: Sheinbaum y Marcelo Ebrard.

Pero el inquilino de la casona de Bucareli tiene otros datos: a los primeros meses de su arribo al gabinete, finales de agosto de 2021, tenía un 4% de exposición; hoy lo conoce el 60% de la población.

Mientras Sheinbaum y Ebrard ya no tienen mayor margen para crecer, Adán Augusto todavía tiene un 40% de población a la cual poder llegar, de ahí que adelantar el proceso de selección no es lo mejor para él.

En el último año el ex gobernador de Tabasco ha construido su estructura política-electoral: ya cuenta con un delegado político y un coordinador territorial en cada estado, y éstos una propia red local.

El coordinador de esa estructura es Leonel Godoy, un personaje que históricamente ha acompañado a AMLO, lo mismo que César Yáñez, otro obradorista de cepa que también es clave en la campaña de Adán.

Tras las ausencias de Alfonso Romo y Julio Scherer, Jefe de la Oficina y Consejero Jurídico, respectivamente, de la Presidencia, López Hernández se quedó con la relación y trato con los grandes empresarios.

También se ha dedicado a tejer alianzas con los gobernadores, fundamentales a la hora de las elecciones, algunos de los cuales hasta hace poco acompañaban a Sheinbaum.

Apunte a Alfonso Durazo, Rutilio Escandón, Carlos Manuel Merino, Américo Villarreal, Mara Lezama, Julio Menchaca, Mauricio Kuri, Víctor Manuel Castro, Miguel Ángel Navarro, Lorena Cuéllar, Mauricio Vila y Ricardo Gallardo.

 

La semana pasada se hicieron públicas encuestas en la que Adán Augusto aparece con una intención de voto de 24%, solo cuatro puntos debajo de Ebrard y a 10 de Sheinbaum.

El secretario de Gobernación tiene solamente dos meses para dejar atrás a Ebrard y alcanzar y rebasar a la Jefa de Gobierno Sheinbaum. ¿Caballo que alcanza, gana?

 

LA PRECANDIDATA PUNTERA en las encuestas, Claudia Sheinbaum, tiene en el empresariado un talón de Aquiles. Y es que la Jefa de Gobierno de la CdMx no convence y no les genera confianza. Mire, el domingo se reunió con una treintena de hombres de negocios de Chihuahua. Salieron entre decepcionados y molestos. Primero porque sintieron que Sheinbaum no le entró como deseaban a los temas que verdaderamente les importan, nunca se salió de su script y presumió más bien de sus logros en la CdMx en materia de seguridad y corrupción. Y segundo, quedó la impresión de que el mismo aparato gubernamental de Sheinbaum arropó en todo momento del encuentro a la precandidata. Y lo que son las cosas, en el mismo Restaurante La Casona donde fue el encuentro del domingo, 24 horas después, o sea ayer, la otra “corcholata”, Marcelo Ebrard, se reunió con los mismos empresarios. Con el Canciller Eloy Vallina, Alberto Terrazas, Andrés Elías Madero, Jaime Cruz Russek, Miguel Guerrero y Jenny Jacinto, entre muchos otros. Ebrard dijo que su objetivo si llega a la Presidencia es ampliar la base de la clase media y que por el nearshoring y el T-MEC, el país está en condiciones de crecer de 4 a 5% de manera sostenida.

 

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Darío Celis

La Cuarta Transformación / El Financiero