Bucarest, Rumania – En un impresionante despliegue de ingenio e innovación, el robot mexicano Stella se alzó con el tercer lugar en la categoría Humanoide durante el prestigioso Robot Challenge, celebrado en el marco del Robotfest en la Universidad Politécnica de Bucarest. Compitiendo contra más de 600 robots de 19 países, Stella destacó por sus avanzadas capacidades tecnológicas y su diseño sostenible.
Stella es una creación de Miguel Fernando Rangel Martínez y Víctor Daniel García Robles, recién egresados de la carrera de Ingeniería Biónica del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Bajo la asesoría de la doctora Yesenia Eleonor González Navarro, el equipo desarrolló a Stella en las instalaciones de la Asociación de Robótica de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (AR-UPIITA) del IPN.
Lo que hace único a Stella es su origen reciclado. Este robot fue reconstruido a partir de un modelo anterior que ya no funcionaba, al que se le añadieron una nueva cabeza, torso y varias piezas diseñadas específicamente para mejorar su funcionalidad. Equipado con un sistema de visión estereoscópica y de profundidad, y una tarjeta de procesamiento especializada para algoritmos de inteligencia artificial, Stella fue programado con un software innovador que le permite detectar objetos y otros robots, mapear su entorno en tiempo real, evadir obstáculos y compartir información. Además, Stella puede dar instrucciones a otros robots e interactuar con ellos para la realización de tareas conjuntas.
Las destacadas capacidades de Stella fueron puestas a prueba en dos desafíos durante el Robot Challenge. En el primero, el robot tuvo que subir una escalera de tres peldaños utilizando solo sus piernas, acumulando puntos por cada peldaño superado hasta alcanzar un puntaje total de 10. El segundo reto consistió en recorrer un pasillo evitando grandes cajas colocadas a lo largo del mismo, demostrando su habilidad para navegar y adaptarse a entornos cambiantes.
Para Miguel Fernando y Víctor Daniel, el reconocimiento internacional obtenido por Stella en Bucarest no solo es motivo de satisfacción personal y orgullo institucional, sino también un incentivo para continuar avanzando en el desarrollo de la robótica en México y fomentar esta disciplina en los centros de enseñanza del país. Este logro demuestra que con creatividad y determinación, es posible alcanzar grandes metas y posicionar a México en el mapa de la innovación tecnológica a nivel mundial.
