¿Qué triste espectáculo están dando las focas que hoy aplauden la llegada de Pedro Gómez al SET de Puebla?
Recuerdo que el día que tomó protesta el gobernador Barbosa, bebieron ron barato y picaron pata en vinagre en la terraza de una fonda, festejaban el nombramiento de Pedro en el SET y el sueño de estar en la nómina sin trabajar o facturar por poner unos banners en sus famélicos portales.
Una foto del convivio prendió las alertas en la marranera.
Veían a Pedro como el sucesor natural de un cargo que entraría en desgaste y se puso en marcha la ‘operación perico’ que consistió en llenar de veneno e intriga al entonces gobernador, no fue difícil, el Don era adicto al rumor -pero esa es otra historia-.
Se armó un andamiaje de mentiras y un periódico hoy caído en desgracia y con su exdirector preso, se prestó al juego sucio de tirar un poco de lodo y mierda, publicando una conversación de whatsapp tan falsa como los juramentos de lealtad política.
Acusaban a Gómez y a Rodolfo Ruiz Rodríguez de conspirar contra el gobierno y VV,
La decisión no solo fue despedirlo, sino humillarlo y tomar sus oficinas por sorpresa.
‘Sáquenlo con policías, revisen todo’ -fue la orden-
Después de eso Pedro tomó distancia, quizás pensó que la distancia era el olvido -como dice Luis Miguel-, pero la persecución siguió.
Sus amigos y aplaudidores se esfumaron.
Unos lo negaron.
Otros lo patearon y algunos más vomitaron contra él.
Pero la vida es impredecible y da vueltas como la rueda de la fortuna.
Pedro regresó al lugar que un día le arrebató la mafia que habitaba en la marranera.
Las focas por supuesto festejan su llegada.
Sus manos ya no sienten dolor.
Lo que olvidan es que el odio es un sentimiento que permanece intacto-
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Columna ficción
