La Asociación de lavanderos y tintoreros de Puebla.

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El término “lavado de dinero” comenzó a utilizarse en los años 20, en Estados Unidos, durante el periodo de la prohibición del alcohol.

Al Capone, utilizaba establecimientos donde se lavaba ropa para engañar a las autoridades de hacienda respecto a las ganancias que obtenía por el tráfico de alcohol. El proceso era simple: las lavanderías reportaban ingresos muy por encima de lo que realmente ganaban. No importaba que los locales permanecieran vacíos, en sus libros contables registraban ganancias como si toda la ciudad lavara ahí su ropa.

Algo similar hacen hoy algunos que son considerados  hombres de negocios y generadores de empleo,  y que en eventos públicos suelen presentarlos como los salvadores de la economía y como responsables de que la mesa de muchos poblanos tenga frijoles y tortillas todos los días.

Sin embargo, que hay detrás de ese falso altruismo empresarial, sencillo: ‘bisnes & bisnes` ‘Lavado y planchado’, pues.

Mi amigo el chueco que tiene laborando en la fiscalía 40 años de su vida, tiene sus fichas y sabe de qué ie cojea cada uno, me contó:

“Puebla ha sido utilizado como base de transferencias bancarias que un día encendieron las alertas de los Estados Unidos por el origen de los recursos. Había cash sucio de todos lados: Empresas de arte falsas, inmobiliarias de humo, empacadoras de hortalizas que simulaban ventas en Europa y Canadá, y gestores de sobornos, que lograron corromper el sistema nacional y local para evadir la justicia.

A través de sus empresas reportaron ingresos por trabajos que no realizaron y trasladaron el dinero a otras cuentas bancarias. Una vez ingresado el dinero al sistema financiero, estaba limpio: lavado y planchado.

No solo han trabajado para el crimen, algunos han puesto sus empresas al servicio del hoyo financiero que dejó Melquis, otros se prestaron a las triangulaciones que realizó el ahora llamado ‘visionario’ para desviar dinero público, algunos más participaron en los negocios sucios de la Estafa maestra y de los contratos simulados en el PRI y el PV.  Los últimos se pusieron al servicio de la marranera y trabajaron con el reciente difunto. “

Lo mejor en estos casos es hacerse pendejo. – le dije al chueco-

Pedimos una botella de bacardi con sus coquitas, mientras en la rocola sonaba Valentín Elizalde.

 

 

Mi cuenta en tuiter: @soprano_tonny

Columna ficción.