El Don y el Alcalde
Señor, lo llamaron de la marranera para recordarle que hoy tiene cita con ‘ya sabe quién’
Gracias Lupita –respondió el alcalde recién electo-
De reojo miró las nalgas de lupita y pensó: ¡está bien sabrosa!
Entró a su despacho y miró la foto de su familia en su escritorio, se quedó un rato pensativo.
No tenía ganas de ir a la reunión y es que más que una reunión sería una celada.
Además aún se acordaba de las veces que había sido humillado y ahora como había ganado lo invitaron.
‘Seguro me pedirá posiciones y dirá que le debo gran parte de mi victoria’ –pensó-
Pero en vísperas de un nuevo comienzo debía buscar aliados y pactar con quien sea.
Y recordó lo que le había recomendado su perro de pelea, Monti, que le recomendó no aislarse.
Lupita le avisó que Jime insistía en hablar con él.
-Dile que estoy en una reunión, que terminando la busco’ –dijo molesto-
Un minuto después un mensaje entró a su telegram: No te escondas y da la cara, llevó dos días buscándote y no has tenido ni cinco minutos para atenderme’
Fastidiado lo leyó.
Vio su reloj y salió de su oficina para ir a la marranera.
Vámonos, Marko –dijo-
A Marko solo le faltó mover el rabo.
Al llegar a la marranera, la mayoría se le cuadró.
Lo felicitaban y le deseaban suerte.
Otros le pedían una cita.
Dile a Marko que te agende –repetía a cada paso-
Lo hicieron pasar a un privado, ahí lo esperaba ‘ya saben quién’.
Un abrazo de caguamo fue lo que vino acompañado de un: Señor alcalde.
Don –respondió-
-¿Qué te tomas?
-Solo un agua.
El agua le llegó pero jamás la bebió y es que sabía de las tragedias que suelen suceder en tiempos de la Cuatrote.
El Don insistió, tómate una copita.
Él se negó.
Anda, el alcohol es buen consejero solo que a veces no queremos escucharlo, insistió el Don
Bueno, un tequilita no me caería mal –dijo-
El Don Puso sobre la mesa una lista de enemigos y su nombre estaba tachado.
En la lista figuraban: CR,AA, Manzanita, el cantante, guru, Facu, y otros impresentables.
¿Por qué esta tachado mi nombre?
Porque te he sacado de la lista negra, de ti depende que caminemos como amigos y aliados.
No dijo nada por unos segundos.
El Don le dijo: tómate tu tiempo, piensa si quieres estar del lado correcto de la historia.
Luego vino un apretón de manos.
Y entonces supo que: callar es una virtud muy valiosa cuando vives en el infierno y te toca hablar con el diablo.
Un toquido interrumpió la reunión.
Señores, la rueda de prensa está por comenzar.
El Cumpleaños
Hace unos días fue mi cumpleaños.
Y Lolita hizo de nuevo su aparición.
Lolita me mandó un mensaje cifrado a mi telegram.
‘Felicidades Don Tonny, cumples años, deberíamos aprovechar el tiempo’ -me escribió-
Fija día hora y lugar –le respondí-
Hicimos la cita en el bar donde la conocí: El cerdo picante
Era un lugar muy nuestro, un refugio en donde encontrábamos tranquilidad, alcohol, hierba y hachis…
Cuando llegó era la de siempre: cabello mal teñido, suéter universitario, jeans y sus eternos tenis descoloridos.
Pero sobre todo portaba esa sonrisa que me provocaba mil cosas.
Me miró coqueta y me besó.
Me tomó la mano y me llevó a la bodega del lugar.
Mi sorpresa fue que había pedido le acondicionaran el momento.
Una cama, una botella de ron, pizza y un poco de polvo.
Ella se desnudó.
Su coordinado de encajes negros me excitó.
Los besos y las caricias iniciaron el ritual del ‘delicioso’
Su lengua devoraba mi lengua.
Sus manos tocaban mi cuerpo, sus piernas me empujaban a la cama.
La tomé con el ímpetu de un adolescente.
Su humedad fue elocuente.
Su forma de cabalgar ya era experta, sus ojos en blanco fueron el preámbulo del grito demoledor.
Sus piernas se hicieron chicle y mi espalda se erigió.
Su voz era ahogada.
‘para, para, para…oooh Dios’
Y cayó rendida.
Después bebimos ron y aspiramos un poco de polvo.
Luego nos vestimos.
Sorpresivamente me dio un beso y me dijo ‘feliz cumpleaños, señor Soprano, llegó mi uber’. Dio la vuelta y se fue.
No intente detenerla.
Pero a veces no entendía ni madres.
Tomé mi pizza, mi botella de ron y huí del lugar.
Mi cuenta en tuiter: @soprano_tonny
Periodismo ficción.