La educación y el trabajo duro, son ahora, una mera quimera, pues la movilidad social solo existe para aquellos con herencias, conexiones y poder, mientras que para el muy amplio grueso de la población, solo queda conformarse, ver y confundir su frustración, con programas basura como LA CASA DE LOS FAMOSOS
Alberto Pacheco
Recientemente, el CONEVAL presento su reporte sobre la pobreza 2022, y si bien los resultados fueron celebrados por muchos, la realidad esconde una serie de asegunes que bien vale la pena abordar.
De acuerdo al reporte, casi 9 millones de mexicanos salieron de la pobreza, en gran medida, por la política social que ha implementado el gobierno federal; y es que, al incrementarse los montos de transferencias directas mediante alguno de los programas como las pensiones para adultos mayores o el programa, jóvenes construyendo el futuro, millones de mexicanos obtuvieron ingresos que les han permitido solventar alguna o varias de las dimensiones de pobreza que mide el CONEVAL.
No obstante, la dependencia de las transferencias hace que esta condición de mejora o bienestar sea bastante cuestionable, pues ante un cambio en la política pública o simplemente, por salir de los criterios de asignación, las personas que para este estudio, reportaron condiciones que los excluyen del sector más vulnerable, pueden volver a caer en dicha situación con facilidad.
Sin embargo, lo anterior y pese a tener connotaciones cualitativas, no lo son tanto, pues al final, se mide la pobreza por el número de dimensiones que el CONEVAL define y no, por la satisfacción que el individuo o individuos de un hogar, perciben.
Por ejemplo: “Juan Pérez tiene un empleo (precario, pero formal) que le permite tener un techo y piso “dignos”, acceso a la salud y seguridad social”, sin embargo, Juan Pérez cualitativamente, sigue sintiéndose pobre, pues trabaja mucho y apenas y sobrevive; no le alcanza para vacacionar, para comprar mejores alimentos, ni mucho menos, para ahorrar, sin embargo, para CONEVAL Juan Pérez no es pobre, aunque él, se sienta profundamente deprimido por trabajar tanto y no progresar.
Por lo tanto, esta medición, si bien es admirada por muchos, deja bastantes flancos descubiertos, pues la pobreza de un individuo no se mide únicamente por dimensiones, sino, por la capacidad de progreso, que lamentablemente es prácticamente imposible en nuestro país.
La educación y el trabajo duro, son ahora, una mera quimera, pues la movilidad social solo existe para aquellos con herencias, conexiones y poder, mientras que para el muy amplio grueso de la población, solo queda conformarse, ver y confundir su frustración, con programas basura como LA CASA DE LOS FAMOSOS y soñar, que quizá, algún día, sí, algún día, también a ellos les toque un golpe de suerte que los saque de esa vida miserable y sin futuro.
Por si fuera poco, CONEVAL de cierta forma, también excluye la condición de vulnerabilidad de un sector fundamental no solo a nivel económico, sino a nivel social, que es el de los jóvenes, que, en su mayoría, al vivir bajo cierto grado de resguardo de sus padres, también son excluidos de “la pobreza”, pero la realidad es terrible, pues es hoy por hoy, el sector más precario que se pueda tener y serán los adultos más miserables que jamás se hayan tenido.
Hoy, más del 60% de jóvenes en México son pobres y la mayoría, no podrá salir de casa de sus padres o familiares hasta pasados los 30s si bien les va y los que salgan, lo harán para rentar y sobrevivir de empleos híper precarizados, más aún, en el auge de la Inteligencia Artificial y un sistema educativo sumamente deficiente, que los pone en franca desventaja ante las demandas del mercado actual y futuro.
Somos un país que tácitamente ha llevado a toda una generación al borde del precipicio, adonde te esfuerzas por la derecha (estudias cuanto más puedes para trabajas cuanto más te puedan explotar) y tú progreso es solo para medio comer, para medio vestir y en general, para medio sobrevivir; a menos, que como miles de jóvenes hoy en día, tomes la decisión de arriesgar tu vida, por una ínfima dosis de privilegio, para por lo menos, un día, sentir lo que es VIVIR COMO LEÓN, a vivir TODA UNA VIDA COMO ESCLAVO.
Por eso, mientras se simplifique la medición de la pobreza, no se podrá entender la misma, y en consecuencia, el contrato social tan perverso que nos rige, nunca podrá ser depuesto y seguiremos viviendo bajo el yugo de los menos, a sabiendas, del hambre de los más.
En México no se ha disminuido la pobreza, solo aumentamos la cantidad de gente que ahora, puede medio “tragar”, solo eso.
Nos vemos cuando nos leamos.