De nada sirve tener 300 universidades, si la gran mayoría de estas, no generan beneficio alguno a la formación de los jóvenes, egresando tan solo, a un capital humano con mínimas cualificaciones.
Recientemente, la encuesta nacional de ingresos y gastos de los hogares, arrojó un dato verdaderamente demoledor y que se alinea con los resultados que también, hace poco, presentó el IMCO, y no es otro, más que Puebla, tiene los salarios más bajos de todo el país para los jóvenes, tan solo $4,900.00 pesos mensuales.
Esto, confirma la terrible situación a la que ha llegado Puebla, por el pésimo manejo económico que ha tenido los últimos años y que no ha hecho, más que incrementar las profundas desigualdades sociales y convirtiendo a nuestros jóvenes, en el sector más vulnerable.
Y es que, de nada sirve tener 300 universidades, si la gran mayoría de estas, no generan beneficio alguno a la formación de los jóvenes, egresando tan solo, a un capital humano con mínimas o nulas cualificaciones y que, al integrarse al mercado laboral, no aportan ningún tipo de valor agregado a las organizaciones.
Por lo tanto, no es de extrañar, que las empresas más innovadoras ya no llegan a Puebla y las empresas que si lo hacen, son empresas que no desarrollan en lo más mínimo las capacidades del talento humano y que por lo regular, vienen acompañadas de condiciones salariales miserables y actividades nada satisfactorias.
Puebla es hoy por hoy, tan solo un cementerio de talento, tierra árida para la innovación y la creatividad.
Adónde los jóvenes talentos o migran, o se quedan a ver como se les va la vida en empresas de poca monta y empleos mediocres que ni siquiera les permiten sobrevivir con dignidad.
Así es, Puebla no es un Estado de oportunidades para los jóvenes, Puebla es tan solo una quimera sostenida con mentiras, una esperanza vendida mediante el encanto y el dispendio, de quien una vez incluso, se soñó Gobernadora.
Pobre Puebla, pero más, pobres jóvenes…literal.