Por el bien de todos los amozoquenses, el clan –tumor- De la Rosa debe ser extirpado por completo de la vida pública; Amozoc ni en los años más severos de la crisis del huachicol, vivió un momento tan oscuro.
@AlbertoPacheco_
Recuerdo la primera vez que tuve contacto con el actual alcalde Mario de la Rosa, hace más de 10 años, que él, como casi absolutamente todos los políticos, buscaban las candidaturas del otrora partidazo, PRI, para lograr obtener algún puesto público.
En esa ocasión, quien esto escribe, era el pre candidato por MC y nos encontramos en una calle de Chachapa, en la que ambos, realizábamos visitas a las familias y al percatarnos de ello, nos saludamos, presentamos y comenzamos una charla, breve, pero cordial.
-Yo busco que en cada escuela tengamos huertos y podamos alimentar a los que menos tienen y enseñar a los niños a trabajar la tierra, además, debemos cuidar que Amozoc, sea un lugar tranquilo, sin miedo, adónde las familias se sientan tranquilas de vivir.
-Soy empresario y hago negocios en otros países, yo sé cómo sacar adelante a Amozoc.
Parte de lo que me dijo en ese breve intercambio de opiniones.
En ese momento, poco o nada sabía del modus operandi de los partidos o mejor dicho, de sus dirigentes, al fin y al cabo, a mí, directamente el antes llamado NIÑO NARANJA, me había prometido ser el candidato de MC, por lo que, lo que me dijo el Sr. De La Rosa en ese momento, solo me había parecido anecdotario.
No obstante, unos meses después, el inefable ex niño naranja, vendió o cedió –Sí, como no- la candidatura al Sr. Mario de la Rosa, que siendo del PRI, jamás hubiera imaginado que quisiera arrebatarme la nominación de un partido que en ese momento, era meramente ornamental en la política local.
En esa elección, perdió –faltaba más- y pensé que eso, había sido todo en su carrera política.
El tiempo pasó, me fui a vivir a Polonia y en 2018, me llevé la sorpresa de enterarme que no solo había regresado en busca de la alcaldía de Amozoc, sino que había sido nominado por MORENA, y para no variar, al igual que cientos de candidatos bajo esas siglas, arrasó.
Pensé que si al menos algo de lo que me comento en esa breve charla, casi 10 años antes, lo llevaba a la práctica, entonces, se podría esperar algo, al menos, medianamente positivo.
Sin embargo, absolutamente nada de esas ideas halagüeñas sucedieron, lo primero que hizo, fue llenar la nómina municipal de familiares y cofrades de la secta de La Luz del Mundo, entregó como si de un pastel se tratara, las áreas estratégicas a los miembros distinguidos de su familia, por supuesto, para garantizar que se cumplieran sus objetivos económicos: control total de las asignaciones de obra pública, compras, ingresos propios, etc.
El municipio, experimentó una ola delictiva como no se había visto jamás; asaltos, robos de vehículos, narcomenudeo, cobro de piso a comerciantes y un sinfín de etcéteras.
Con todo y ese desastre, más el repudio social, de manera por demás dudosa, logró su reelección para el periodo 2021-2024 de la mano del extinto gobernador Barbosa y en complicidad con la autoridad electoral.
No obstante, su actuar no cambió, no hubo reflexión ni acción, el municipio siguió cayéndose a pedazos en absolutamente todos los ámbitos que mide el desarrollo.
Su segundo período solo sirvió para tratar de imponer un Maximato a nivel municipal, pues ahora, ya que la ley le impide reelegirse para un tercer periodo consecutivo, busca a toda costa imponer a su hermano Margarito o mejor dicho, Severiano De La Rosa, cometiendo todo tipo de violaciones a la ley, pues en ese afán de imponer a su “carnal” no duda en llevarlo a actos institucionales y oficiales, lo placea para que como se dice en el argot “se de a conocer”.
Sin recato alguno, han inundado al municipio de publicidad y pinta de bardas que exceden las dimensiones máximas permitidas por la ley electoral, pues creen que son lo suficientemente listos, para saber adónde maicear y que la ley, les haga lo que el viento a Juárez.
Lamentablemente para el clan De La Rosa, ni todas las carretilladas de dinero público que se han gastado para impulsar al “carnal”, les han dado resultado, pues en las mediciones que al interior del partido guinda tienen, hasta el eterno “ya casi” Raúl de Ita, se encuentra arriba y ni qué decir del ex Alcalde José Cruz, que pinta, inalcanzable.
Por el bien de todos los amozoquenses, el clan –tumor- De la Rosa debe ser extirpado por completo de la vida pública; Amozoc ni en los años más severos de la crisis del huachicol, vivió un momento tan oscuro.
A hoy, Amozoc, es un municipio perdido en el tiempo, que no picha ni cacha: sin desarrollo, sin protagonismo, sin perspectiva, sin plan y como ya lo dije, sin acción. Es solo un botín de más de 300 millones de pesos por año, que una familia, se niega a soltar.
Ojalá que la autoridad electoral, tome cartas en el asunto, porque las violaciones son verdaderamente flagrantes y lejos de parar, se incrementan día con día, y el municipio, se cae también, a pedazos, minuto a minuto.
Por el bien de Amozoc, primero los pobres, pero antes, quienes tanto daño le están haciendo.
Nos vemos cuando nos leamos.
Alberto Pacheco
@AlbertoPacheco_
