NO ES PERSONAL…
LA GUERRA QUE SE AVECINA
CAPITULO 11
El Aleph de Borges…y el de Corleone
“La particular visión de cada uno…sumada a la de AMLO”
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges, su nombre era tan extenso como su genialidad literaria, trascendió por muchas razones en su particular estilo de escribir. Sin embargo, su habilidad de entrelazar la filosofía, mitología y metafísica en narrativas que resultan tan intrigantes como reflexivas lo hicieron único.
En 1949 vio la luz uno de sus arrebatos majestuosos:
“El Aleph”
Esta columna siempre hace reseñas históricas ligadas al ámbito político, la razón primordial de ello es evitar que el lector viva en la misma ignominia que el político. La historia nos permite entender el pasado como una fuente de prevención para el fututo. Esta columna no será la excepción.
Le pediré al lector que se sumerja conmigo en el imaginario de este genial argentino, para entrever a Borges y reír juntos sobre lo inimaginable, los poderosos.
El Aleph es una historia donde un Borges imaginario sale a la búsqueda nostálgica de un viejo recuerdo de amor llamada Beatriz, ante su ausencia definitiva se topa con un poeta mediocre llamado Daneri. El mediocre poeta Daneri se jacta de poseer un Aleph (punto donde convergen todos los puntos y primera letra del alfabeto hebreo), que le permitirá escribir un poema capaz de describir el universo entero. Al mirar a través del dispositivo mítico, Borges ve todo en el universo desde todos los ángulos.
De alguna manera insospechada la casa será demolida y el Aleph quedará fuera del alcance de ellos. Borges concluye que este dispositivo podría no ser el Aleph verdadero, porque, aunque vio todo, no se vio a sí mismo mirándolo…” empieza aquí, mi desesperación de escritor. Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocultores comparten” Si lo escribió él no yo, pero lo compartimos.
“Solo veo $100 dólares debajo de mi sombrero…eres un hombre arrojado. Te conseguiré un trabajo bien pagado…te has defendido bien, como es que no he escuchado hablar de ti”
Don Fanucci a Vito Corleone
Cada semana cuando me siento a verter mis ideas específicas sobre el guion de esta novela inacabada de “la guerra que se avecina”, intento asomarme a mi Aleph donde soy capaz de observar el universo político entero desde todos sus ángulos.
Aunque no soy el único, muchos otros más lo hacen desde sus dispositivos místicos propios y de mejor manera seguramente. Aunque esos otros no son tema de esta entrega…no, es el tiempo de que te asomes, que espiemos y hurguemos juntos en esas particulares visiones de cada uno.
Lo ves también como yo…si lo sé. Es tétrico verla tomar el celular desde donde maquinó traiciones no acontecidas para escribirles a tantos, amedrentando… ¿ahora la instrucción es golpear? … las 8 columnas tiemblan ¿Tan rápido has olvidado todo lo que él hizo por ti?
¿Lo ves lector?
Sigue usando su teléfono como si el más allá siguiera acá…siente la pérdida, pero no es la humana, sino la de poder…desespera.
Es suficiente, sería ser tan mordaz como morboso…como ella.
Así es, ahora todo está claro. En una mano sostenía la ley, solo para golpear a enemigos imaginarios fabricados de un hombre que solo confió en las mujeres incorrectas…llenas de veneno.
Asoma su siniestro semblante…”la encarnación moral de un PRD insípido disfrazado de 4t”.
Ahora ven conmigo y observa… ¿ves ese punto del lado derecho?…
Es el legado de odio, buscando alejarse del mismo. Al parecer no era instigador sino un verdugo…eficaz. Quiere crecer con luz propia, en este punto habrá que dar la razón al pasado, nunca fue su luz sino la obscuridad que le compartió el señor tenebroso.
Ahora busca desesperado otro cobijo, sabe que seguir en ese camino lo perdería. No sucederá. Una nueva sabia luz del descendiente de David lo protege, aunque no sabe que tan lejos puede llevarlo, Salomón no renunciará. Esperanza, nostalgia, deslealtad o futuro.
Lo sé… quieres asomarte al nuevo inquilino de casa Aguayo. Se nota apacible, mesurado, cabila cada momento. Se ve cómodo en esa silla…empieza a disfrutarla, siente que camina, se mueve y actúa como lo que es. Un Gobernador en funciones. Visita “el palacio” … sus zapatos antes pisaban cautelosos, hoy se mueven al fluido paso del poder. Su grupo de notables le rodea y sopesa sus decisiones, sabe que el tiempo se acerca y la guerra que se avecina no es suya. Él será réferi no peleador.
Alejandro Armenta es quien se ve allá… en aquel caballo que se nota cansado ¿será de sostenerlo? Se nota desesperado, su equipo dividido. Su operador del “rincón” no ve a nadie, canaliza a todos con sus subalternos. Vega Rayet y él disputaban el liderazgo que nadie quiere tener. Se van varios. Sigue reaccionando, no se detiene a pensar. Se dedica a contar espectaculares, lonas, estructuras…se esfuerza, sin duda.
Siente el sol lejos, la luna de Monreal sigue su camino. El senado está ahí, pero se aleja, la alcaldía de Puebla mengua del afecto de Salomón… Chedrahui.
Es detrás de aquel árido sitio que se esconde quien lidera a los diputados, Ignacio Mier. La cercanía del sol lo alejó demasiado de la tierra. La recorre permanentemente mientras observa que “Julio” se acerca… y la definición será en noviembre.
Sabe que la alianza de su primo con el mes corriente…julio, le suma a su proyecto no le resta. Espera no se enteren…aunque todos los sabemos. Avanza anquilosado como quien cabalga en elefante, las sumas para correr restan velocidad.
Por último, se asoma el gigante de Macuspana. Está ahí sentado leyendo encuestas de todo tipo, con diferentes enfoques…acaba de arrojar un velo sobre sus legajos. Vocifera sobre Claudio X González, exigiendo se presente ante él Judas el traidor. Demanda que los embajadores respondan desarticulando a Alito…por un momento creí que los veríamos a todos. Tal vez como Borges jamás fue así.
Simplemente se trató de un efecto “Rashomon”
Así es, no te dejes engañar por mi o por ningún otro. Esta columna era para reírnos de ellos. Esta gran película Rashomon, que te sugiero veas, es un efecto producido por la subjetividad o percepción personal a la hora de contar la misma historia, quien la cuenta lo hace de forma diferente, cualquiera de las versiones es razonablemente posible, más no reales. Simplemente están influidas por la propia variabilidad de la percepción individual.
Lo aquí escrito es real, sí. Pero es tu percepción y la del resto la que decidirá. Dejémosles con sus odios, rencores, morbosas, dolosas, recurrentes y anacrónicas estrategias. Al final el Aleph de cada uno de Ustedes lectores decidirá “la guerra que se avecina” y ellos tendrán que entender que… “No es personal solo son…negocios”
Michael Corleone
@corleonemike699