¿Justicia para Fofo Márquez? …podría pasar 40 años en prisión

Columna de opinión Adriana Colchado (@tamalito_rosa)

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Hoy es el día en el que el influencer más repudiado de las redes sociales, Fofo Márquez, conocerá su destino legal. El tipo enfrenta una sentencia por feminicidio en grado de tentativa, luego de haber golpeado brutalmente a Edith, una mujer que cometió el “grave error” de tener un percance vial con su auto en un estacionamiento. Por ese delito podría estar 40 años en prisión.

El video del ataque es una prueba irrefutable de la brutalidad con la que este hombre actuó. Ahí está todo: la furia, la fuerza desmedida, la soberbia de quien no concibe límites. Edith, una mujer desarmada, que en ningún momento agredió, fue golpeada repetidamente, su cabeza contra el pavimento, mientras su agresor descargaba toda su rabia a puño cerrado porque… ¿Por qué? ¿Por un rayón?

La defensa de Márquez ha insistido en que no se trata de un intento de feminicidio, sino de simples “lesiones”. Claro, porque las fracturas, la sangre y la posibilidad de matar a alguien con la cabeza contra el suelo son detalles. Argumentan que Fofo nunca “quiso” matar a Edith, que fue solo un “momento de ira”. Pero aquí hay algo que la defensa no puede borrar: cuando un hombre golpea así, con saña a una mujer, no es solo violencia física; es violencia de género. Él vio a Edith como alguien vulnerable, como alguien que no se iba a defender. Porque si ese percance hubiera sido con otro hombre, ¿se habría lanzado con la misma rabia? No lo creo.

Y lo más absurdo: en sus últimas audiencias, Fofo ha tenido el “apoyo” de manifestantes que gritan “¡Justicia para Fofo!” -porque ahora él es víctima del sistema, ja-. Pero, seamos honestas, todo apunta a que esas consignas vienen con un cheque incluido. Las pancartas, todas idénticas, con tipografía de diseñador amateur, y los rostros cubiertos de quienes las cargan no hacen más que reforzar lo que ya sabemos: Fofo y su familia siempre han creído que el dinero puede comprarlo todo, incluso su inocencia.

La defensa también ha acusado a los medios de tergiversar el caso, de hacerlo más grande de lo que es. Pero, sinceramente, si no fuera por la cobertura mediática y por las voces que se alzaron en redes sociales, ¿estaríamos aquí, esperando una sentencia? Probablemente no. Los casos mediáticos son un arma de doble filo, pero en este, han sido una herramienta para visibilizar la violencia que vivimos las mujeres todos los días, y para exigir que un hombre como Fofo Márquez no quede impune.

Hoy no solo se dicta una sentencia; se envía un mensaje. Un mensaje para todos los que, como Fofo, creen que la violencia es justificable, que el dinero limpia los actos más oscuros y que las mujeres seguimos siendo prescindibles. Hoy, todas esperamos que la justicia actúe con todo el peso de la ley, porque cualquier otra cosa sería decirle a Fofo y a su séquito que golpear a una mujer es algo perdonable.

Hasta aquí el chisme, lo viral, el tamal con crema… y también con pasas.
Por Adriana Colchado @Tamalito_Rosa