El presunto infarto de AMLO en Mérida atiza dudas sobre su verdadero estado de salud, pues, aunque la versión oficial señala que se trata de Covid, las reacciones en redes sociales recuerdan que el presidente de la República padece problemas del corazón.
La versión del @DiariodeYucatan sobre lo que le pasó al Presidente en Mérida y que ameritó su traslado de emergencia a la Ciudad de México, cimbró el escenario nacional.
“El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, habría sufrido un infarto o una complicación cardíaca en el edificio conocido como Casa de la Piedra de la Base Aérea Militar número 8 de Mérida donde acostumbra realizar sus reuniones de evaluación del Tren Maya, según se averiguó.
Se disponía a comer antojitos yucatecos que formaron parte del menú del desayuno, que preparan cocineros de la BAM No. 8, cuando se sintió mal y se desvaneció ante el asombro de funcionarios del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y representantes de las empresas que lo acompañaron en ese momento”
Hablar de la salud de los gobernantes no es un tema cómodo.
Pocos aceptan las enfermades y cuando se les cuestiona vienen las descalificaciones.
Pero el tema no debe ser considerado menor.
Al poder han llegado personajes enfermos, tan solo en Puebla, el ex gobernador Barbosa tenía un historial médico de diabetes tipo 2 que le tenía en constante reposo desde hace varios años.
En 2013, le tuvieron que amputar un pie por una infección, un día entro en una crisis de la cual ya no pudo salir. Pero el comunicado oficial, inmediato, decía “Está estable y sin complicaciones”.
Al respecto de diversos comentarios en redes sociales que especulan sobre la salud del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta comunicamos lo siguiente: pic.twitter.com/TZX3BXxoQO
— Gobierno de Puebla (@Gob_Puebla) December 13, 2022
Boris Yeltsin ocultó su alcoholismo durante su campaña presidencial, el presidente Franklin D. Roosevelt murió en la Casa Blanca durante su cuarto mandato, que buscó a sabiendas de que tenía una enfermedad del corazón avanzada e hipertensión.
Y en México hubo un presidente que ocultó su alcoholismo.
¿Qué sigue para el país?
¿Recordará López Obrador lo que, en junio de 2014, escribió sobre la salud del presidente Enrique Peña Nieto?
¿Entrará al relevo el 02 (Adán Augusto)?
¿Cómo se moverá el tablero de gobierno y el de la sucesión?
No se sabe mucho.
Lo único cierto es que AMLO está enfermo y el silencio tiene un aroma fétido.
Mi cuenta en tuiter: @adangio
