Dos amigos que mataron su talento.

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Pero el infierno llega cuando el poder, el dinero, el alcohol y el polvo, son acompañados de mujeres.

¿Qué hacer ante eso?

Por @adangio

 

 

Escribir una columna en diciembre casi siempre obliga a hacerlo sobre la navidad, la cena y los seres queridos.

Quizás de los propósitos de año nuevo y si uno es pesimista lo haría sobre la crisis financiera-política-social que se avecina para el 2024.

Pero les platicaré sobre la destrucción de un par de amigos: Uno un talentoso escritor y otro un talentoso Don nadie, amigos ambos.

El primero de ellos vive encerrado en una burbuja literaria que infla con alcohol y porras: Tiene fama y dinero, pero su reputación va a la baja y en este negocio eso pesa tanto como el plomo. De haber seguido la ruta que un día trazó hoy estuviera en las alturas, pero la gloria que da la cercanía con la gente de dinero lo han nublado, y si acaso se da cuenta que va rumbo al vacío profesional le importa un carajo. Quizás piensa que siempre sabe caer de pie o que la suerte es eterna.

Su perdición también se le puede atribuir a su gusto por la falda y es que un par de mujeres lo han hecho tomar malas decisiones que él sabe que han sido malas, pero poco se puede hacer ante la presencia de la nalga.

Mi segundo amigo pasó hace unas semanas a mejor vida.

Siempre vivió al límite, ‘Me encanta la adrenalina’ me repetía a cada rato.

Gustaba de hacer negocios al filo de lo legal y cuando se salía de esa legalidad lo disfrutaba como niño con regalo de navidad.

Le gustaba el alcohol, el polvo y las mujeres.

Era bohemio, varias madrugadas terminé con él llorando la traición de una mujer.

Con él confirme el popular dicho: Afortunado en el juego y desafortunado en el amor.

Siempre enfrascado en relaciones tóxicas con amantes a las que les invertía de todo: casa, autos, polvo, cash, viajes y todo lo que un hombre enamorado y con dinero puede hacer.

La vanidad no era lo suyo, se defina como un Don Nadie, eso sí: ‘tampoco soy pendejo’ -decía-

Es difícil sobrevivir a la cercanía del poder.

Es complicado ser el mismo cuando hay dinero a montones.

Es peor cuando el alcohol y el polvo nos logran seducir.

Pero el infierno llega cuando el poder, el dinero, el alcohol y el polvo, son acompañados de mujeres.

¿Qué hacer ante eso?

No lo se.

Es casi imposible darles la espalda y serles indiferentes.

 

Mi cuenta en tw: @adangio