Cuando un político como el gobernador Barbosa se encuentra en la cima del poder, es inaudito verlo quejarse.
La estrategia que le planteó Julio Huerta, que desde todos los órganos del estado se ‘invite’ a los alcaldes a llevar gente para votar por los suyos, no lo convence del todo.
Ahora no está Cotoñeto y los despidos masivos que hubo, juegan en contra.
Y enfrente tiene al TUCOM (Todos únicos contra Miguel) que buscará ganar posiciones en el consejo estatal y enfrentará al poderoso aparato del estado.
Como si sintiera que sus operadores fallarán, el gobernador ha dejado correr dos versiones:
1: Que los Siervos de la nación estarán bajo las ordenes del sobrino de Bartlett, Rodrigo Abdala y ese día dejarán de ser Siervos para convertirse en mapaches
2: Que van a reventar la elección a través de los Bejarano.
¿De qué más va a acusar?
- Operación tamal
- Ratón Loco
- Compra de votos
- Reparto de tortas y frutsis
- Todas las anteriores.
Si antes el gobernador era muy desconfiado, ahora directamente ve enemigos por todos lados.
Un par de asesores le han dicho que no debe mostrar preocupación, que la elección del sábado será suya.
Pero los escucha poco, sabe que lo engañan con las cuentas alegres. La mesa donde se analizan las decisiones políticas es cada vez más chica e impenetrable. Y quienes acceden son aquellos que ven conspiraciones por todos lados.
El gobernador sabe que en política todo puede pasar.
Sabe que después del tercer año de gobierno viene la ruta de la soledad y las traiciones.
Sabe que desde Palacio Nacional se vigilará el proceso.
Sabe que Adán Augusto, echará mano de toda la estructura que tienen en su poder Gabriel García y Carlos Torres, y que en Puebla controla: Rodrigo Abdala.
La incertidumbre de no arrasar y no ganar todo lo tiene ocupado.
Si gana y no arrasa: mala señal.
Si gana y arrasa: Estará en las nubes.
Por eso desde ahorita en Casa Aguayo se lavan las manos y se construyen discursos que justifiquen: ganar y no arrasar: Exhibir a los mapaches y a los golpeadores que vendrán de parte de Los Bejarano, es muy oportuno.
¿Qué les dirá a sus corcholatas en caso de no arrasar?
¿Qué más sabe el gobernador que desde ahorita justifica una ‘posible’ derrota?
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