Que el gobernador Barbosa quiere todo y está dispuesto a todo para lograrlo.
Que nada le quita el sueño, que duerme poco pero profundo.
Que el presunto daño patrimonial de 201.3 millones de pesos, que reportó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) lo tiene sin cuidado.
Que impondrá alcaldes de las principales capitales y los diputados al congreso local.
Que no ve a Biestro en el espejo de Zavala.
Que mucho menos se ve en el espejo de Marín.
Que presume que ‘haiga’ sido como ‘haiga’ sido ganó la gubernatura.
Cada que puede dice que es aliado del presidente, que le entregará buenas cuentas y que terminará su sexenio.
Con esa seguridad acomoda el tablero y desafía a sus enemigos políticos mostrándoles los dientes de la ASE y la FGE.
En las mañaneras manda mensajes abiertos y directos. Los disfruta y sonríe maliciosamente.
Curiosamente ayer por la mañana me encontré con quien un día fue zavalista de hueso colorado y por la tarde con un ex empleado de Julián y Nacer.
No sé por qué pensé en Biestro.
Recordé ‘todo’ el apoyo que en su momento les dieron Marín y Melquiades.
También recordé de como Zavala se sintió traicionado por Marín.
En su resignación sabía que había sido sacrificado.
Jamás le perdonó eso a su jefe y padre político.
Zavala juró vengarse.
Hace semanas el Karma y la justicia llegaron.
Me dicen que Zavala festejó con la roqueseñal.
No sé ustedes, pero cada que se habla de que el gobernador quiere imponer a toda costa a Biestro como su candidato, viene a mi mente la historia de Marín y Zavala.
¿Se repetirá la historia?
Muy pronto lo sabremos.
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